La sesión de entrenamiento corresponde a la unidad más pequeña dentro de un proceso estructurado.
Cada sesión debe tener una orientación, que en coordinación y sincronización con las demás sesiones de entrenamiento conllevan al cumplimiento de un objetivo del microciclo (plan semanal entre 2 a 12 sesiones) y a su vez del mesociclo (plan mensual) y macrociclo (plan de la temporada deportiva).
Aunque pueden existir diversas orientaciones para cada sesión de entrenamiento (trabajo de fuerza, entrenamiento de resistencia, trabajo regenerativo, entre muchos otros) entre ellas se comparten aspectos en común dentro de su estructura funcional que presentaré a continuación:
– Lo primero es definir y a su vez entender cual es el objetivo de cada sesión de entrenamiento. Además de su importancia en el cumplimiento del objetivo general respecto al proceso del deportista
– Conforme al objetivo de la sesión, se plantea el contenido, los medios, métodos y carga de entrenamiento.
– Finalmente, dentro de su estructura presenta las siguientes partes:
PARTE INICIAL:
Dentro de esta parte inicial, el deportista identifica los contenidos y el objetivo a alcanzar dentro de la sesión, Además de los parámetros a seguir para que estos objetivos se cumplan.
En una sesión de entrenamiento, esta fase comprende el componente de gran importancia denominado la activación, el cual lleva el organismo de un estado de reposo a un estado como su nombre lo dice de ACTIVACIÓN o predisposición para el trabajo central de la sesión.
La activación comprende dos partes:
– Activación dinámica general
– Activación dinámica especial o específica
La activación dinámica general, pretende preparar progresivamente al organismo al trabajo central mediante un trabajo cardiovascular de moderada intensidad.
Algunas veces, según la persona y el objetivo a perseguir, la activación se hace mediante elementos específicos del deporte o se podrá hacer también mediante elementos generales no específicos.
Un ejemplo de esto seria para una sesión específica de atletismo de fondo, su calentamiento sería mediante un trote suave (activación con contenidos específicos) o por otra parte para una sesión de fuerza el calentamiento sería realizando elíptica o bicicleta (activación con contenidos generales o no específicos de atletismo pero que igual cumplen con el objetivo de activar)
En esta fase se generan múltiples cambios y adaptaciones inmediatas, que conllevan a que el organismo se prepare para el trabajo central como son: incremento de la frecuencia cardiaca y respiratoria, incremento de la irrigación sanguínea musculoesquelética, predisposición mental para el trabajo central y en general es predisponer todos los sistemas del cuerpo humano en función al ejercicio físico.
La duración será proporcional al volumen, intensidad y objetivo a perseguir en el trabajo central.
Una duración promedio para una sesión de atletismo de fondo serie entre 10 a 20 min.
La activación dinámica especial o específica se refiere a dar continuidad a la activación general, pero con ejercicios e intensidad especifica que se verá en el trabajo central, como por ejemplo para una sesión de running seria el trabajo de metodología técnica de carrera o cambios de ritmos para trabajos de resistencia a la velocidad.
Aunque depende del deporte, existe evidencia científica que desvirtúa la importancia de estirar en la parte inicial del entrenamiento y por el contrario podría ser contraproducente.
No obstante, se debe tener en cuenta que existen distintos tipos de flexibilidad y se podría incluir ciertos ejercicios en la parte inicial según sea el objetivo, deporte o tipo de contenidos a abordar en el trabajo central.
TRABAJO CENTRAL
Dentro del trabajo central se plantean los contenidos de entrenamiento específicos que generalmente conllevan al cumplimiento del objetivo general de la sesión, por lo que es la parte de mayor duración e importancia de la sesión.
La fase inicial es esencial para el buen cumplimiento del trabajo central, ya que, sin una adecuada activación, el trabajo central podría no aprovecharse al máximo y podría generarse un riesgo de lesión osteomuscular u otro evento adverso.
Dentro del trabajo central se deberá tener claridad sobre el volumen, intensidad y densidad de entrenamiento.
Además de tener claridad de todo lo necesario para realizar cada ejercicio con el mayor grado de calidad que garantice una correcta técnica y ejecución motora.
PARTE FINAL
En la parte final, el objetivo es dejar al organismo del deportista igual o mejor que como inicio, o como comúnmente se denomina a esta fase “volver a la calma”
Para tal fin, se debe hacer un trabajo cardiovascular a moderada intensidad, además de ejercicios de estiramiento general e incluso masajes de relajación si el objetivo lo amerita.
Esta parte del entrenamiento es fundamental para contribuir al organismo a volver a su estado natural de equilibrio.
Un inadecuado trabajo regenerativo, puede generar un retardo en el tiempo de recuperación del deportista, además de riesgos de lesión osteomuscular.
Los ejercicios de flexibilidad deberán ser entre 2 a 3 series de 15 a 20 seg por grupo muscular.
CAMILO ANDRES ARAMBURO P
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